Cómo cuidar tus alimentos en una mudanza

30-03-2022

¡Deja de pensar en las mudanzas como un desorden o algo estresante! Al igual que con la ropa, los muebles, libros o películas, el plan para transportar la comida de tu refrigerador y tu alacena debe tener una estructura. Sigue estos consejos para cuidar tus alimentos en una mudanza sin que pierdas la cabeza:


1.- ¿Ya sabes cuándo te mudarás? Evita comprar perecederos cerca de las fechas planeadas


Es sumamente importante que, ya que tengas una idea de cuándo será tu mudanza, planees con anticipación cuándo irás al supermercado. Esto con la idea de evitar transportar alimentos que fácilmente podrían echarse a perder, ya abiertos, durante el traslado. Son así, aquellos condimentos que necesitan guardarse en el refrigerador, como la mayonesa, la mostaza, etc.; los lácteos y salchichonería o pescados y carnes que ya hayan sido descongelados. Procura acabarte estos productos antes de los días de la mudanza o durante ellos; incluso puedes donarlos a tus ahora ex vecinos o a un perrito callejero. 


2.- Planea un menú semanal previo a la mudanza y para el día de la mudanza


En caso de que no puedas seguir puntualmente la primera recomendación, intenta hacer un menú que incluya los alimentos e ingredientes perecederos para que se terminen en los días de la mudanza. Esto ayudará a que tengas que empacar menos y, a la vez, te despreocupes en cuanto a qué alimentos deberás congelar. Intenta, idealmente, cocinar varias de tus comidas uno o dos días antes de la semana de la mudanza para no tener que emplear tu tiempo en prepararlos durante ella.


Hacer alimentos sencillos, como sandwiches, o repetir un platillo varios días (esto implica hacer lo suficiente) es una gran idea para terminar tus alimentos. 


3.- Deshazte de los alimentos caducados


Aprovecha la mudanza para tirar toda la comida del refrigerador o la alacena que ya haya caducado. Aunque pueda parecer muy obvio, es muy común guardar por días comida que ya caducó. Haz una limpieza profunda y evita llevarte aquello que no necesites.


4.- Elige correctamente el embalaje de cada alimento


Normalmente, las carnes o pescados, si no han sido descongelados, soportan viajes de 2 o más horas si se transportan en una hielera hermética correctamente enfriada con hielos o bolsas de gel congeladas. 


Por otro lado, frutas y verduras deben conservarse en recipientes con aberturas u hoyos que les permitan orearse. Te recomendamos emplear recipientes de plástico resistentes con el fin de evitar golpes o que los productos se aplasten. 


Para demás alimentos de alacena, como condimentos, cajas de cereal, sal, azúcar, aceite, etc., empaca como lo harías en un día normal de supermercado. Si necesitas un mayor cuidado, renta amplias cajas de plástico donde tus frascos o cartones no corran peligro. 


Ojo: para evitar la “contaminación cruzada“ separa los alimentos en grupos. El mezclarlos puede llevar a que algunos de ellos se echen a perder. 


5.- Toma en cuenta los tiempos de tu refrigerador


Recuerda: todo refrigerador necesita tiempo para descongelarse antes de su traslado y reposar varias horas antes de volverse a conectar (esto dependerá de la marca de tu electrodoméstico). Toma esto en cuenta a la hora de empacar o desempacar tu comida.


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